
Mensaje del Párroco
IV DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO (29 y 29 de enero de 2017)
Hay muchas personas que luchan incansablemente por la justicia, por la unidad, por formar la hermandad que Cristo nos pidió. En más de una ocasión esas personas se sienten solas, impotentes, inmersos en una lucha que aparentemente es inútil.
Hoy el sermón de la Montaña, las bienaventuranzas, lleva un mensaje de consolación y esperanza: No es para mañana la felicidad, hoy eres dichoso por ser pobre de espíritu, limpio de corazón, fiel a la justicia, sembrador de la paz, etc.
Eres dichoso, porque la pobreza de espíritu te da la libertad, la independencia de los bienes terrenos, porque te da la posibilidad de disfrutar el gozo causado por los bienes espirituales, trascendentes.
Eres dichoso porque tienes hambre y sed de justicia, porque ello te hace que seas justo, que trates a los demás como Dios mismo lo haría, porque eso te hace vivir en paz con tus semejantes, vivir comprometido con tu entorno.
Eres dichoso porque vives la misericordia, porque en ti no hay odios o rencores, porque no estás predispuesto con nadie, porque en ti sólo hay armonía.
Eres dichoso porque la limpieza de corazón te da la capacidad de convivir con todos sin esconder intereses mezquinos, porque puedes dirigir la mirada a cualquier persona, porque tus intenciones siempre son honestas.
Las bienaventuranzas son el grito de la felicidad experimentada por una persona que vive o se esfuerza por vivir plenamente el mensaje de Cristo.
Se feliz, no te resistas a vivir plenamente.
¡Sea alabado Jesucristo!
Pbro. Gerardo J. Cárdenas Rodríguez
Párroco.
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